
Gammagrafia
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Gammagrafía
La gammagrafía industrial es uno de los servicios especializados que ofrece CADPET, enfocado en garantizar la integridad y calidad de materiales sin dañarlos. Este servicio utiliza radiación gamma, generalmente proveniente de isótopos como Iridio-192 o Cobalto-60, para inspeccionar soldaduras, piezas metálicas y componentes industriales, permitiendo detectar defectos internos como grietas, porosidades o inclusiones que no son visibles a simple vista.
Gracias a su experiencia y equipo altamente capacitado, CADPET realiza gammagrafías conforme a normativas nacionales e internacionales, asegurando resultados precisos y confiables. Este método es esencial en sectores como el petroquímico, energético, aeroespacial y de infraestructura, donde la seguridad y el cumplimiento de estándares técnicos son críticos. Además, CADPET garantiza un manejo seguro de materiales radiactivos, priorizando la protección del personal y del medio ambiente.
Diagnóstico clínico por gammagrafía
Resolvemos tus dudas acerca de la gammagrafía

¿Qué es una gammagrafía y para qué se utiliza?
La gammagrafía es una técnica de imagen utilizada en medicina nuclear que permite obtener información funcional de órganos y tejidos mediante la administración de un radiofármaco. A diferencia de otras pruebas de imagen, como la radiografía o la tomografía computarizada, que muestran la anatomía, la gammagrafía muestra el funcionamiento y metabolismo de los órganos en tiempo real.
Se emplea en diversas áreas de la medicina para detectar anomalías que podrían pasar desapercibidas en otros estudios. Por ejemplo, cuando se quiere detectar una enfermedad inflamatoria, infecciosa o tumoral oculta, para evaluar si un cáncer está afectando a los huesos, para ver el funcionamiento del corazón o su flujo sanguíneo, o en caso de que se tenga sospecha de una enfermedad coronaria. También podemos ver el flujo sanguíneo cerebral, la función de los riñones, la función digestiva, la de la vesícula biliar y los conductos biliares, así como confirmar o descartar problemas de tiroides, entre otras aplicaciones.
¿Cómo funciona una gammagrafía?
La gammagrafía es una técnica de imagen que utiliza pequeñas cantidades de material radiactivo, los rayos gamma, para obtener información detallada sobre el funcionamiento de ciertos órganos y tejidos.
El procedimiento se basa en la administración de un fármaco radiactivo, que normalmente se inyecta por vía intravenosa, para que se distribuya por el organismo. A continuación, un detector especial llamado cámara gamma se coloca sobre el órgano a estudiar y detecta la radiación emitida por el radiofármaco que convierte en imágenes detalladas.
El comportamiento del radiofármaco en el cuerpo proporciona información clave sobre la función de los órganos. Por ejemplo, en una gammagrafía ósea se pueden identificar zonas con mayor actividad metabólica, lo que puede indicar la presencia de fracturas, infecciones o metástasis. En el caso de la gammagrafía tiroidea, se puede evaluar si la glándula tiroides está funcionando correctamente o si hay nódulos sospechosos.
Dependiendo del tipo de gammagrafía, el tiempo entre la administración del radiofármaco y la toma de imágenes varía, desde unos minutos, horas o incluso puede ser necesario realizarla en diferentes días. En algunos casos, se pueden realizar imágenes en distintos momentos para evaluar cambios en el tiempo. Todo el procedimiento es indoloro y no invasivo, aunque puede requerir que el paciente permanezca inmóvil durante la toma de las imágenes.
Tipos de gammagrafía y sus aplicaciones médicas
Existen diferentes tipos de gammagrafías focalizadas en diferentes especialidades, aunque los dos tipos más comúnmente solicitados son la gammagrafía ósea y la gammagrafía tiroidea:
Gammagrafía ósea
Se utiliza para detectar fracturas ocultas, infecciones, procesos inflamatorios o metástasis en los huesos y articulaciones. Es una prueba clave en oncología y reumatología.
Gammagrafía tiroidea
Permite evaluar el funcionamiento de la glándula tiroides y diagnosticar enfermedades como el hipertiroidismo o la presencia de nódulos.
Gammagrafía pulmonar
Ayuda a detectar embolias pulmonares y evaluar el flujo sanguíneo en los pulmones.
Gammagrafía renal y renograma
Se emplean para estudiar la función renal, detectar obstrucciones en las vías urinarias o comparar la función entre ambos riñones.
Otras aplicaciones
Existen gammagrafías específicas para analizar el flujo sanguíneo en el corazón y diagnosticar isquemias o infartos. También se utiliza para diagnóstico en el sistema digestivo y el sistema linfático, así como en el cerebro, entre otros.
Gracias a su capacidad para detectar alteraciones en fases tempranas, la gammagrafía es una herramienta clave en el diagnóstico y seguimiento de múltiples enfermedades. Además, es una técnica segura y mínimamente invasiva, lo que la convierte en una opción eficaz para muchos pacientes.
¿Cómo se realiza una gammagrafía paso a paso?
El procedimiento de la gammagrafía consta de varias fases para garantizar la precisión del diagnóstico:
- Administración del radiofármaco: Se introduce en el organismo una pequeña cantidad de material radiactivo, generalmente por vía intravenosa. La elección de la vía de administración depende del tipo de gammagrafía y del órgano a estudiar.
- Tiempo de distribución: Tras la administración, es necesario esperar un tiempo determinado (pueden ser horas) para que el radiofármaco se distribuya por el organismo.
- Captación de imágenes: Una vez que el radiofármaco ha sido distribuido por el organismo, el paciente es colocado en una camilla bajo una cámara gamma, que se coloca sobre la zona de interés. Esta cámara detecta la radiación emitida por el radiofármaco y genera imágenes detalladas de la zona de interés.
- Finalización y análisis de resultados: Una vez obtenidas las imágenes, un especialista en medicina nuclear las analiza y elabora un informe detallado. Este informe será enviado al médico que solicitó la prueba para su interpretación y para determinar los pasos a seguir en el diagnóstico y tratamiento del paciente.
Hay que tener en cuenta que, durante la toma de imágenes, es fundamental que el paciente permanezca inmóvil. Una vez que finalice la prueba, el paciente eliminará el radiofármaco por la orina y/o heces. Por ello, se recomienda beber líquidos para que se pueda eliminar lo más rápido posible. También es importante advertir que, tras someterse a una gammagrafía, no se debe estar en contacto ni con niños ni con mujeres embarazadas durante, normalmente, un mínimo de 24 horas.

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