Los primeros temblores, la rigidez o la lentitud en los movimientos pueden despertar una gran preocupación: ¿podría tratarse de la enfermedad de Parkinson? En CADPET sabemos que el tiempo y la precisión son claves, ya que un diagnóstico temprano del Párkinson no solo mejora el tratamiento y la evolución del paciente, sino que también ofrece algo esencial: tranquilidad y esperanza para quienes viven con esta enfermedad y sus familias.
En este artículo te explicamos qué es el Párkinson, sus síntomas, causas y tipos, así como las pruebas más avanzadas que hoy hacen posible una detección más temprana y precisa.
Qué es la enfermedad de Parkinson
La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo crónico y progresivo que afecta al sistema nervioso central y al control del movimiento. Según la Federación Española de Párkinson, se trata de la segunda enfermedad neurodegenerativa con mayor prevalencia en el mundo, solo por detrás del alzhéimer. Su evolución es lenta y, con el tiempo, puede generar distintos grados de discapacidad y dependencia. Se suele decir que “no hay dos Párkinson iguales”, ya que cada persona vive la enfermedad de manera única afectando, en mayor o menor medida, a su calidad de vida y entorno.
Fue descrita por primera vez en 1817 por el médico británico Dr. James Parkinson, de ahí que se llame enfermedad de Parkinson. No obstante, y a pesar de tantos años de estudio, la causa del Párkinson sigue siendo desconocida en la mayoría de los casos. Los expertos coinciden en que su aparición está relacionada con una combinación de factores genéticos, ambientales y asociados a la edad.
Lo que sí sabemos es que la enfermedad de Parkinson implica la pérdida progresiva de neuronas dopaminérgicas en una zona del cerebro llamada sustancia negra. Dichas neuronas son las responsables de producir dopamina, un neurotransmisor crucial para el control del movimiento.
Esa disminución de dopamina provoca los síntomas típicos del Párkinson, como la rigidez, los temblores o la lentitud en los movimientos. Aunque no existe cura, un diagnóstico temprano y un tratamiento adaptado pueden mejorar notablemente la evolución de la enfermedad y la esperanza de vida.
Síntomas del Párkinson
La enfermedad de Parkinson se manifiesta de forma muy variable. Cada persona puede experimentar síntomas distintos y con diferente grado de intensidad, dependiendo de factores como la edad, el estilo de vida o el momento de evolución de la enfermedad.
Estos síntomas del Párkinson pueden ser:
Síntomas motores
Son los síntomas más visibles, conocidos y característicos de la enfermedad, ya que afectan directamente al movimiento y la coordinación. Hablamos de temblores en reposo, rigidez muscular, lentitud de movimiento, inestabilidad, etc.
Síntomas no motores
Aunque no son tan visibles, los síntomas no motores del Párkinson pueden tener un impacto igual o incluso mayor en la calidad de vida del paciente, ya que afectan al estado de ánimo, al sueño, al sistema nervioso autónomo y a distintas funciones del organismo. En este caso, incluimos como síntomas del Párkinson: depresión, alucinaciones visuales, ilusiones, deterioro cognitivo, psicosis, insomnio, somnolencia, síndrome de piernas inquietas, dolor, pérdida de olfato (hiposmia), alteraciones visuales, disfunción sexual, sudoración excesiva, exceso de saliva (sialorrea), dificultad para tragar (disfagia), problemas digestivos, etc.
Primeros síntomas del Párkinson
Durante las fases iniciales, los síntomas del Párkinson suelen ser leves, unilaterales y fácilmente confundibles con el proceso natural de envejecimiento. De ahí la dificultad para poder detectar y diagnosticar la enfermedad de forma precoz. No obstante, podemos fijarnos en algunos de los síntomas más tempranos y frecuentes del Párkinson:
- Temblor en los dedos, en las manos, en el mentón o en los labios.
- Cambios en la escritura, con letra más pequeña, más junta o irregular.
- Pérdida del olfato.
- Alteraciones del sueño (movimientos bruscos, patadas o insomnio).
- Dificultad al caminar o moverse.
- Rigidez o dolor en un brazo o pierna.
- Falta de expresión facial
- Espalda encorvada al estar de pie.
- Voz más apagada, más baja
Síntomas generales del Párkinson
A medida que la enfermedad avanza, los síntomas se intensifican y afectan de forma más amplia:
- Temblores en reposo.
- Bradicinesia o lentitud de movimientos.
- Rigidez muscular y dificultad para mantener el equilibrio.
- Problemas de postura y coordinación.
- Trastornos emocionales, como ansiedad o depresión.
- Alteraciones cognitivas o de memoria en fases avanzadas.
Causas de la enfermedad del Parkinson
Las causas del Párkinson no se conocen con certeza, aunque se cree que es una combinación de factores genéticos, ambientales y relacionados con la edad:
- Mutaciones genéticas que predisponen a la enfermedad.
- Exposición prolongada a pesticidas o toxinas.
- Procesos inflamatorios o estrés oxidativo cerebral.
- Envejecimiento, ya que el riesgo aumenta a partir de los 60 años.
Tipos de Párkinson
Dependiendo principalmente de las causas, podemos distinguir diferentes tipos de Párkinson, con características y evolución diferentes:
- Párkinson primario o idiopático. El tipo de Párkinson más común (entre el 80 y el 85%) es de causa desconocida, pero suele tener una buena respuesta a la medicación que actúa aumentando o sustituyendo las moléculas de dopamina en el cerebro para así mantener los músculos en funcionamiento.
- Párkinson familiar: Las mutaciones en determinados genes aumentan el riesgo de que una persona padezca la enfermedad. De ahí que alrededor del 15% de las personas diagnosticadas de enfermedad de Parkinson tienen antecedentes familiares.
- Párkinson de inicio temprano: Alrededor del 10%-20% de las personas con Parkinson son diagnosticadas antes de los 50 años, y se dice que tienen Párkinson de inicio temprano o de inicio joven. No obstante, estos pacientes tienden a experimentar una progresión más lenta.
- Párkinson secundario: Es aquel derivado de fármacos, traumatismos craneales, toxinas, infecciones, entre otras causas. A diferencia de la enfermedad de Parkinson idiopática, el parkinsonismo secundario a menudo no responde bien a la medicación. En algunos casos, puede ser reversible si se elimina la causa subyacente, como sucede cuando la causa es una medicación determinada.
- Síndromes parkinsonianos atípicos. Llamamos así a otras patologías con síntomas similares al Párkinson, como la demencia con cuerpos de Lewy, la degeneración corticobasal, la parálisis supranuclear progresiva o la atrofia multisistémica.
Diagnóstico del Párkinson
El diagnóstico del Párkinson se basa fundamentalmente en la valoración clínica, que tiene en cuenta la historia clínica y la exploración física y neurológica exhaustiva que hace el neurólogo.
Normalmente, la enfermedad suele comenzar de forma asimétrica, con progresión lenta y buena respuesta a la medicación inicial, pero si no ocurre así, y los síntomas son poco habituales o no siguen el patrón esperado, los neurólogos pueden sospechar de un parkinsonismo atípico.
Por eso, una parte esencial del diagnóstico consiste en excluir esos otros trastornos y para ello es necesario contar con pruebas complementarias para el diagnóstico del Párkinson. Actualmente, disponemos de distintas pruebas de imagen y de laboratorio que ayudan a diferenciar la enfermedad de Parkinson de otros trastornos del movimiento, como es el caso de:
- Tomografía Axial Computarizada (TAC) craneal: se emplea para descartar causas secundarias, como tumores o efectos de medicamentos.
- Resonancia Magnética (RM) cerebral: permite descartar otras enfermedades neurológicas como esclerosis múltiple o hidrocefalia, y detectar signos de parkinsonismos atípicos.
- SPECT y PET cerebral: son técnicas de Medicina Nuclear que analizan la actividad funcional del cerebro y el sistema dopaminérgico.
- Análisis de sangre: útil para descartar otras causas y evaluar el estado general del paciente.
El papel del PET-TAC y del SPECT en el diagnóstico de Párkinson
Ante una posible sospecha de enfermedad de Parkinson comienza un viaje largo, complejo y lleno de incertidumbres. Y la primera de esas incertidumbres es precisamente obtener un diagnóstico acertado y temprano.
Para ello, los neurólogos pueden solicitar pruebas de imagen como el PET-TAC o SPECT para confirmar el diagnóstico y descartar otras causas.
En CADPET, somos especialistas en tecnología de PET-TAC (Tomografía por Emisión de Positrones) y SPECT (Gammagrafía cerebral) para el estudio y diagnóstico de diferentes procesos neurológicos, como las enfermedades de Parkinson y Alzheimer.
El PET-TAC permite observar la actividad metabólica del cerebro con una precisión milimétrica, identificando alteraciones funcionales, incluso antes de que aparezcan los síntomas clínicos.
El SPECT, por su parte, ofrece información sobre el flujo sanguíneo y la actividad de los receptores dopaminérgicos, ayudando a diferenciar entre distintos tipos de parkinsonismo.
Gracias a estas técnicas de Medicina Nuclear, el especialista puede descartar otras posibles patologías, y así ofrecer un diagnóstico temprano y muy preciso, lo cual permite un tratamiento más rápido y eficaz, esencial para mejorar la calidad de vida de los pacientes con Párkinson.
En CADPET ponemos a tu disposición nuestra experiencia y la tecnología más avanzada en Medicina Nuclear para ofrecerte respuestas claras y precisas. Contacta con nosotros para recibir asesoramiento personalizado y conocer con más detalle cómo estas pruebas pueden ayudar en tu proceso diagnóstico.
Referencias consultadas
Federación Española de Párkinson. ¿Qué es el párkinson? Disponible en: https://esparkinson.es/sobre-el-pk/que-es-el-parkinson/
Parkinson´s Foundation. 10 Signos de alerta temprana. Disponible en: https://www.parkinson.org/espanol/entendiendo-parkinson/10signos
Asociación Parkinson León. ¿Tipos de Parkinson? Disponible en: https://www.parkinsonleon.org/tipos-de-parkinson/
Conoceelparrkinson.org (2019). Pruebas para diagnosticar parkinson: hablemos de pruebas diferenciales. Disponible en: https://conoceelparkinson.org/diagnostico/pruebas-para-diagnosticar-parkinson/

